Si por problemas de previsión, nos quedamos sin filamento mientras estamos imprimiendo una pieza; o si, por el contrario, deseamos reemplazar el filamento porque deseamos cambiar el color en el que imprimimos, debemos intentar introducir con cuidado el nuevo filamento tras el que se está terminando, siguiendo una serie de consideraciones:
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Si la sección final del filamento a reemplazar no es igual que sección inicial del filamento que reemplaza, lo más probable es que se cree un hueco en nuestra pieza o que esta termine por no imprimirse correctamente, por lo que conviene hacer un corte limpio en ambos extremos y comprobar que ambas secciones se complementan correctamente.
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Se debe comprobar que el diámetro de ambos filamentos es el mismo. Si deseamos cambiar el grosor del filamento, también deberiamos cambiar la boquilla del extrusor, y esto no es recomendable hacerlo durante la impresión, por las altas temperaturas que este alcanza.
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Se debe tener especial cuidado en introducir el filamento nuevo con toda la verticalidad que nos permita su curvatura para permitir que este pase sin dificultad a través del extrusor y que no termine mordido, con todas las consecuencias que ello provoca, como se ha explicado en el apartado 2.2 La impresora no extruye filamento.
Esta técnica suele resultar en acabados poco precisos, debido a la dificultad que supone que el filamento nuevo que se introduce siga la misma trayectoria que el antiguo, por lo que no es del todo recomendable.